ENTRE EL DESENCANTO Y LA ILUSIÓN

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Cualquiera que lea mis últimos post puede entrever un pequeño rictus de hastío, de  tristeza, de pena, de cansancio, de desencanto, quizás de desesperanza ante la imposibilidad de cambiar nada, pero no es así a pesar de ir en contra de corriente, de sentirme, a veces, con ganas de tirar la toalla y abandonar esta lucha por la Educación.

Hoy leía en twitter el siguiente tweet

Y me hizo reflexionar, sobretodo por el énfasis interrogativo, de urgencia,  con un adverbio inicial: «ahora» seguido de coma y unas palabras a la que le debo todos mis respetos: «profesionales de la educación», acompañadas de verbos como confianza, enseñar y los  términos  no menos contundentes:  «capacidad» y «escuela».

Una pregunta es una duda y sobre la capacidad de los docentes, de la escuela, para educar, para enseñar, no vacilo, no titubeo y  grito bien alto que sí son capaces de educar. Afortunadamente hay miles de docentes que confían en sus posibilidades, que siguen soñando en otra Educación con mayúsculas todos los días, que trabajan horas y horas formándose y diseñando tareas nuevas y diferentes para sus alumnos, acorde con una escuela nueva de verdad. Son docentes implicados y  atentos a las demandas de una sociedad muy diferente a la de hace unos años y en continuo cambio y, además,  creo que les importa bien poco la normativa obsoleta y decadente que se sigue imponiendo desde la administración (la de arriba).

En mi caso solo hay que  mirar los proyectos elaborados el curso pasado, las decenas de salidas, reuniones, charlas, asistencia a congresos, formaciones… y girando ciento ochenta grados ver en el horizonte el diseño de las tareas de este curso: música y robótica, poesía, año de Murillo, bienal de flamenco, cine… Toda la maquinaria docente de la Escuela al servicio de la calidad de Educación; seguimos confiando que sí se puede cambiar, es más cuando estamos en esta tarea, solo nos guía la sonrisa de un niño, la necesidad de una familia para formar parte de los usuarios de comedor, la búsqueda de ayuda  para que Helen pueda subir a la clase a pesar de sus limitaciones o cumplimentar las becas o diseñar nuevos proyectos que se adecuen a nuestro alumnado para que sean felices y ,a la vez,  puedan conseguir y desarrollar el máximo de habilidades y destrezas. En esos momentos no tenemos tiempo siquiera  para plantearnos el  abandono, no es tema prioritario. Lo único prioritario son los niños.

Pero hay que hablar, hay que protestar, hay que decir què ocurre en las Escuelas, hay que demostrar que si hay éxito es por el esfuerzo y el trabajo de los docentes. La Escuela en estos años de recortes ha sufrido y mucho, cualquier centro de primaria cuenta con menos profesorado, con menos recursos y a pesar de ello funciona.

Ya he dicho otras veces que tocar la línea de flotación de las ilusiones es muy grave, pero milagrosamente (porque parece un milagro) estos idiotas e ilusos que todas las mañanas van a las clases para contagiar a sus alumnos con nuevas experiencias, nuevos retos, siguen insistiendo que vale mucho más una sonrisa que una lágrima y que les  importa bien poco lo que digan de ellos, de nosotros, pero lo que nos da una rabia enorme es que nos tomen por tontos.

Gracias amigo @javierfrancofer  por el tweet

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